lunes, 1 de junio de 2009

“Percepción de la producción oral e inteligibilidad mutua” de Markham, D. y Haza, V.

Reseña elaborada por Ana Melissa Herrera

El conocimiento sobre la percepción de la producción oral puede influir en gran parte en la enseñanza de inglés tanto como lengua materna como segunda lengua. Es por esto que los autores del artículo realizaron un estudio que respondiera a la pregunta: ¿La percepción de la producción oral de diferentes hablantes varía entre niños y adultos?, con cuya respuesta se puede escoger de una mejor manera los profesores y se puede saber qué cantidad de percepción tienen los estudiantes dependiendo de su edad.

Para los autores la percepción depende directamente de la inteligibilidad mutua, que es una variante lingüística en la cual dos personas pueden comprenderse entre sí, tanto el código o las palabras que se dicen como el mensaje. Esto es sin necesidad de que hagan parte de una misma cultura y conozcan a cabalidad el lenguaje de su interlocutor. Los efectos que tienen las características de aquel que habla en la percepción de lo que se dice, es un tema que ha llamado la atención de muchos investigadores.

Tradicionalmente se pensaba que la información sobre el emisor no tenía relevancia alguna en la comprensión del mensaje (Studdert-Kennedy, 1974). Sin embargo, esta teoría es contradicha por el hecho de que las palabras se relacionan con las voces (Nygaard, Sommers, y Pisoni, 1994, 1995) y que hay interferencia entre los fonemas y los juicios que hace la voz (Mullennix & Pisoni, 1990). Las investigaciones se dirigen al hecho de que la información se almacena con la información lingüística en la memoria a largo plazo (Pisoni, 1997; Goldinger, 1993). Al reconocer las palabras, los signos se almacenan de acuerdo a su similitud con los que ya habían sido almacenados. Además, las voces que se parecen entre sí pueden facilitar la percepción (Goldinger, 1996). La percepción de conversaciones producidas por diferentes personas resulta más exigente que la misma cantidad de conversaciones producidas por una sola persona. (Goldinger, 1996; Mullenix, Pisoni y Martin, 1989). La edad del receptor afecta el uso tanto de la lingüística como de la información sensorial almacenada en signos (Eisenberg et al., 2000). Los niños no poseen el mismo nivel de decodificación que poseen los adultos, ni el reconocimiento de varias voces o la realización del proceso de normalización.

Para este estudio se aplica un método inductivo en el que los instrumentos son empleados para determinar particularidades en la relación de los efectos del emisor y del receptor en la inteligibilidad. El estudio se realizo es un grupo de 45 niños entre 7 y 8 años, 45 niños entre 11 y 12 años de colegios privados de Londres que fueron admitidos en la prueba solo tras haber confirmado que no tuvieran patologías en la escucha y al haber aprobado el Test de recordación de frases fundamentales en el lenguaje, y 45 adultos de la comunidad universitaria. Los investigadores diseñaron un tipo nuevo de test con una base de datos que contenía 124 palabras monosilábicas del inglés estándar que, según profesores de primaria, ya eran las que los niños de 7 años conocían y que no tenían posibilidad de confusión entre vocales y consonantes. Se utilizaron también grabaciones de conversación y sonidos de 45 personas mayores de 13 años que tienen el inglés como lengua materna. Los 45 emisores se dividieron en 3 subgrupos cada uno con 5 hombres, 6 mujeres, 2 niñas y 2 niños. Los 135 receptores fueron divididos en 3 grupos de 15 niños de 7 a 8 años, 15 niños de 11 a 12 años y 15 adultos. Cada uno de estos tres grupos se dividió en 5 grupos de 9 personas y escuchó 27 palabras de cada subgrupo de emisores. Cada palabra clave fue escuchada 3 veces aproximadamente por cada receptor. Después de esta exposición, se hicieron sesiones de trabajo individual con los receptores. El investigador le dió a cada niño la instrucción de repetir todas las palabras que oyera. A los adultos se les dijo que habría palabras de verdad y palabras inventadas, que repitieran todas las que oyeran sin importar esta condición. Este test tuvo lugar en dos sesiones de 30 minutos separadas por un tiempo de 24 horas.

Los datos que arrojaron los resultados fueron recolectados en tablas. En primer lugar, los datos fueron analizados por los efectos que se relacionaban con el procedimiento que fue usado. En segundo lugar, fueron examinados por un Análisis de medidas repetidas de variación (ANOVA por sus siglas en inglés). Los resultados mostraron que entre la primera y la segunda sesión los resultados bajaron en un 2% tanto en los niños de 7-8 años como los de 11-12 años. Sin embargo, en los adultos este porcentaje no se vio reflejado. Se da como posibilidad el hecho de que sea un efecto del proceso de aprendizaje o el hecho de una memorización de la voz del emisor; aunque se propone también que si éste fuera el caso, los adultos también presentarían una baja en los resultados del 2%.

Finalmente, en la investigación se lograron varios aportes: que las diferencias en la percepción entre adultos y niños se debe a un efecto del proceso de aprendizaje, que las mujeres adultas tienen mayor capacidad para que se les entienda y los niños la menor y que en los diferentes grupos de edades no se ve una mayor diferencia en cuanto a la regulación del discurso para la inteligibilidad, así que la regulación y la inteligibilidad no se relacionan con la edad. Sin embargo, teniendo en cuenta el hecho de que sólo se realizó en Inglaterra, con personas cuya lengua materna es el inglés, podrían realizarse futuras investigaciones con estudiantes que no sean nativos o inclusive en países con lenguas diferentes al inglés.